martes, 17 de agosto de 2010

Tribus Ubanas en Chile


El fenómeno de las “tribus urbanas” pertenece al ámbito de la Sociología de la Cultura y hace referencia a temas de sentido e identidad de algún grupo o micro grupo, habitualmente juvenil. Una manera sencilla es entenderlo como un conglomerado que tiene un estilo de vida urbano diferente a lo habitual. El culpable de haber inventado el concepto es un sociólogo francés, Michel Mafessoli, cuando escribió “El Tiempo de las Tribus: El Declinamiento del Individualismo en las Sociedades de Masas”, todo un título optimista. Para él, las tribus son grupos basados en emociones compartidas opuestos a la pasividad de los sujetos, es decir, desarrollan una cuota de rebeldía anti-sistema, por lo que no ven televisión ni siguen la farándula. Lo que comparten los integrantes de las tribus son códigos, especialmente códigos estéticos, musicales y de apariencia –ropas y accesorios. Ello es lo que los hace diferentes al resto de la sociedad.

El fenómeno de las tribus en Chile comenzó a advertirse a mediados de los años 90, principalmente en Santiago, espacio donde los medios caracterizaron la tendencia como un mero estereotipo social.
Durante esa década se produce un proceso de fuerte terrorialización de las agrupaciones juveniles pertenecientes a sectores populares, constituyéndose una gran cantidad de pandillas juveniles que se agrupan fundamentalmente a nivel de las poblaciones y de los sectores más pobres. Lo anterior va de la mano con una modificación de las formas de habitar y vivir la ciudad, producto de la absorción de las tendencias de globalización y consumo.
Por lo anterior se produce una pérdida de valor del espacio local, cambiando las condiciones de vida urbana lo que se traduce en modificaciones en la vida cotidiana de las nuevas generaciones de jóvenes.
En el caso de la realidad valdiviana parece no existir un sentimiento generalizado hacia las tribus. Sin embargo, se pueden observar algunos núcleos o focos aislados de jóvenes que sí caminan en busca de una identidad social e individual.

Las tribus urbanas no solamente tienen una estética propia, también tienen convicciones cuasi religiosas o místicas, semipolíticas y viven un estilo de vida fuera de los cánones de sus sociedades; no es ese el caso de pokemones que son conducidos a los sets de televisión por sus madres y padres aspiracionales que, como no han vivido las condiciones de rebeldía propias de las generaciones anteriores (debido a la dictadura, recesiones y otros) y al provenir de estratos bajos o de zonas rurales, proyectan en sus hijos lo que consideran es una manera glamorosa de ser jóvenes. Algunos grupos derivados o en la periferia de los pokemones son absolutamente poseurs: emos, góticos, otakus, harcoritos, etcétera; pero los une el ser una moda, una absorción de lo ajeno. Y con permiso, pues se portan bien, beben bebidas a media tarde, usan el fotolog y poncean.

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